14/12/11

Trollear las fiestas

Ya se acercan las vacaciones de invierno con sus lucecitas de colores, sus idealizadas imágenes de paisajes nevados, sus muñecos colgados de ventanas y sus anuncios de perfume (nunca colonia) que parecen sacados de una peli de Alain Resnais en versión original sin subítulos. Y por supuesto, sus clásicos comentarios, desde el borreguil me encanta la Navidad porque es todo amor y felicidad hasta el amargado detesto la Navidad porque es todo consumismo, pasando por mi erudito me gusta la Navidad porque puedo observar de primera mano los mecanismos que consiguen que la gente salga de casa con el frío que hace para gastarse mucho dinero a pesar de que tiene poco.

En breve (si es que no funciona ya) se colocarán altavoces en puntos estratégicos de nuestras ciudades para bombardearnos durante doce horas al día con canciones alienantes. Si pudiésemos llegar a la fuente del sonido y manipularla, sería un maximum trolling recordado por mucho tiempo. Incluso saldría en la prensa, por lo que podríamos añadir un recorte de periódico al álbum de nuestras fechorías, algo de lo que nuestros hijos se pudieran sentir orgullosos. 

Ya sabemos que en algún sitio tiene que estar el equipo de sonido, pero ahora no me interesa cómo llegar a él ni cómo manipularlo, sino qué poner. Por estas fechas lo ideal sería el Villancico de Ska-P, clasicazo donde los haya, aunque es demasiado evidente. Y además, Ska-P era subversivo en los 90, pero yo creo que a estas alturas lo baila hasta Rajoy.  Es la peor idea dentro de las ideas buenas. Lo que de verdad podría ser la polla con cebolla sería convencer a alguien que tenga una voz chachi para grabar un discurso orwelliano, algo así como decir que nuestro amado líder quiere que gastéis todo vuestro dinero en los comercios que blablabla... al fin y al cabo no es otra cosa que sacar a la luz el significado subyacente de lo que nos ponen ahora. Y, a falta de voz chachi, siempre podríamos poner un discurso del rey. Con reverb, para que suene más siniestro aún. Eso es despertar conciencias, y lo demás tonterías. 

A veces me siento como un general sin ejército. Por favor, que alguien lo haga. Donde sea y como sea, pero hacedlo.

1 comentario:

Sara dijo...

yo soy la encargada de poner la música de fondo en la farmacia y ya puse algún que otro villancico...