7/12/11

Todos vienen a ser lo mismo

Me subí al autobús en la parada de siempre y me senté atrás, como siempre. En la siguiente parada se subió una chica con cara de no estar acostumbrada a dedicar la tarde a asignaturas optativas, se sentó delante de mí, sacó su smartphone y ya no lo soltó hasta llegar a Mieres. 

Una parada más tarde llegó una tía de esas que por algún problema de autoestima abusan del maquillaje. Como el bus ya iba demasiado lleno como para mantener la distancia que hay que mantener entre desconocidos, no le quedó más remedio que sentarse al lado de la chica con cara de no estar acostumbrada a las optativas vespertinas. Cuando encontró la postura, sacó su smartphone y ya no lo soltó hasta llegar a Mieres. 

Acompañaba a la tía del maquillaje un moderno al que no le quedó más remedio que sentarse a mi lado, para incomodidad de ambos. Sacó su smartphone, se enchufó los auriculares, puso la música a todo trapo, y así estuvo hasta llegar a Mieres.

Esto es una locura.

1 comentario:

Opiniones incorrectas dijo...

Yo hago lo mismo, con la salvedad de que no vivo en Mieres xD