27/11/11

Esto es una putada

El mayor reto al que se va a enfrentar el nuevo presidente del gobierno va a ser meter todos los recortes que le piden los bancos antes de que la gente se entere de que el problema de la crisis y la prima de riesgo no era porque estuviesen en el poder los sociatas. Por eso, durante ese primer año en que todavía puede echarle la culpa de todo al gobierno anterior sin parecer ridículo, seguramente intente presentarnos una especie de terapia de choque que consista en vender empresas públicas (empezando por las más rentables), echar a funcionarios a la calle y, sobre todo, recortes, recortes everywhere, mientras suena el mantra de que es necesario, no hay alternativa, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, es necesario, no hay alternativa, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, es necesario...

Lo que me preocupa especialmente es que se siga recortando en I+D. Y se va a seguir recortando fijo. Esto provoca que la gente más cualificada tenga que exiliarse o, de permanecer aquí, buscarse formas de ganarse la vida que no van acordes con alguien que domina cinco idiomas y tiene dos másteres y un doctorado. En consecuencia, pasan a ocupar los puestos que en teoría tendría que ocupar gente con un currículum más modesto, como yo. Y entonces es cuando vemos la grotesca imagen de miles de opositores peleándose por un par de plazas en el escalafón más bajuno de la administración: parecen ingleses desesperados por subirse a uno de los pocos botes salvavidas del Titanic, que ya se hunde en vertical. De la empresa privada ya ni hablamos, porque ahora incluso tienes que darles las gracias por contratarte en condiciones que hace unos años ni siquiera se te habría ocurrido aceptar.

Vamos, que la cosa está jodida. Y lo peor es que llorar no sólo no soluciona nada, sino que encima podría complicar aún más las cosas. Como dice el refrán: oveya que berra, bocáu que pierde.

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